Segunda sesión del Club de Escritura La Virgulilla

CRÓNICA DE MARI CARMEN CASTILLO PEÑARROCHA

Atención, que hay mucha calidad en el Club de escritura creativa La Virgulilla de este curso. Ha sido muy complicado puntuar. Hoy, Javier García, nuestro talentoso director, nos ha dejado hablar a nosotros para opinar sobre los relatos (incluido el nuestro, para disimular, jajaja), porque él ya nos había remitido sus sugerencias por privado. Destacable señalar que hay una persona que ha hecho una valoración profesional y completísima sobre cada relato que le ha enviado a Javi. Yo, como he comentado a los compañeros y compañeras de club, dado que he considerado que todos los relatos estaban bien escritos, he decidido valorar los finales, entre los cuales había inquietantes, satíricos, previsibles o sorprendentes.
Sobre todo dedicado a las personas participantes online, os resumiré lo que hemos comentado sobre cada relato, y hay que decir que estábamos bastante de acuerdo todos.

1.- ¿Quién hay ahí? El flautista de Hamelin. Muy bien construido, con suspense logrado, pero debe mejorar el remate.
2.- Dile que no me espere. Café con leche. Bien conseguido el terror psicológico y bien escrito.
3.- El laberinto. E.T. el extraterrestre. Buen terror del clásico con remate mitológico muy interesante. Lo único que se ha señalado es que la frase final se eliminaría y quedaría mejor rematado.
4.- Halloween. Miga de pan. Iba muy bien, con diálogos vivos y buen suspense, pero al final no remata bien con un final a lo «sueño de Resines».
5.- La cueva. Jägermaster. Buen terror del clásico, quizá el que más miedo da de todos, pero se lia un poco con la trama y los personajes y lo hemos encontrado un poco confuso.
6.- Acero frío. Cala Baza. Uno de los favoritos de los participantes. Muy bien escrito y con un final muy divertido. Halloween visto desde el punto de vista de las calabazas.
7.- Octubre. Modesto. Muy bien escrito y sobre un terror muy real. Otro de los favoritos. Se ha señalado que sobra la última frase, porque no concuerda con el resto del estilo del escrito.
8.- Monstruito. Luna Lovegood. Otro de los favoritos de los participantes. La pega que ha encontrado Javier es que el título no le parece adecuado, y los demás han estado de acuerdo, por lo que tendremos que trabajar los títulos.
9.- Limpieza. Máximo Huertos. Se desarrolla muy bien, pero hemos coincidido en que sobra la última parte: los dos últimos párrafos y remataría de una forma cómica que quedaría mejor.
10.- Arturo. Merlín. Ha gustado mucho y aunque el final es previsible, esa huella que deja el desaparecido en la cama es un punto inquietante muy interesante.
11.- El pastor (Sara Ndonga) Se ha considerado un planteamiento muy interesante y escalofriante, aunque se lía un poco, y las dos tramas resultan un poco confusas.
12.- El trabajo de sombra. Nadie. Bien escrito, juega con la psicología del lector (y no, no me giré ante la presencia amenazante mientras lo leía, jajaja)
Y en fin, una vez tratados todos los relatos, se ha acordado que no se puntuará más de 1 a 4, por considerar que estas puntuaciones parecen «suspensos» psicológicos, que pueden perjudicar sobre todo a los escritores con menos experiencia, por lo cual a partir de ahora se puntuará desde 5 a 10. Una vez aprobado este punto, Javier ha pasado a detallarnos las puntuaciones:

Resultados de la jornada:

Tabla de la clasificación general:

Como veis, los resultados están muy apretados. Enhorabuena a todos los participantes, porque particularmente veo un nivel más alto este año, y es que estamos aprendiendo mucho con Javi. La próxima propuesta: Navidad, pero con las premisas que nos ha dado Javier y que publicará pronto en el grupo. A currarse el relato, pero sin título, porque se lo vamos a poner entre todos en la próxima reunión.

 

Próxima publicación

Esta semana he recibido muy buenas noticias. Durante este año he trabajado en una serie de relatos de terror, para el público juvenil. Los mismos han sido escogidos por ONYX EDITORIAL para publicarlos en una antología solidaria (os anticipo que la edición dará mucho que hablar). Ilusionado en esta nueva etapa, adentrándome en un género un tanto desconocido para mí, pero con dos historias muy jugosas que gustarán. La publicación, bajo el título de «Penumbras», está programada para el año 2019. ¡Si os gusta el miedo, permaneced muy atentos!

Presentación de «Génesis», en La Virgulilla de Castellón.

CRÓNICA Y FOTOGRAFÍAS DE
M CARMEN CASTILLO PEÑARROCHA.

Bueno, ya es oficial. El primer hombre ha entrado con honores en la colección CastellónEros, la línea erótica de Unaria Ediciones, hasta ahora exclusivo terreno femenino. Se trata de Javier García Martínez, y llega con una historia de amor con aroma a azahar y un toque de sensualidad. Muchos de nosotros ya conocíamos esa faceta romántica, antes de que nos asaltara con sus novelas de género negro. «Génesis» es una novela corta, con un formato pequeño, pero es una gran historia. El autor nos ha comentado algunas anécdotas sobre el reto que le supuso escribirla, metiéndose en la piel de la misma protagonista (a lo cual le reconocemos su mérito) y moviéndose en esa linea tan frágil de la literatura erótica para no caer en detalles de mal gusto. Puede que a los que nunca habéis leído a Javier, os sorprenda. A mí no. Yo sabía desde hace mucho tiempo lo bien que escribe.
Ha sido una gran tarde para la Tertulia la Virgulilla, desafiando a la alerta amarilla por lluvia que se abatía sobre nosotros para asistir a esta presentación, preludio de un nuevo éxito para Javier García.

El olor de la muerte

Fragmento extraído de «Pídeme no morir», de la colección Noir is Black, editada por Perica la literaria.
 
Sacó del bolsillo un paquete de tabaco, y ante la rara mirada del gordo, le ofreció un pitillo:
–¿Te apetece?
El hombre aceptó gustoso y con cierta simpatía respondió:
–De algo tendremos que morir.
Le resultó irónica la respuesta. Le dio lumbre, y después prendió su cigarro con una calada muy profunda. Exhaló el humo, y notó un ligero tufillo. No era la nicotina, era ese olor desagradable que desde hacía años atrás experimentaba antes de asesinar a alguien, porque para Falciatore, la muerte tenía un olor muy especial.