Caminante

Imagen: Pixabay

Mamá contaba
en sus noches de desvelo,
los granos de arroz y
lentejas que guardaba.
Siempre con el desconsuelo
de los agujeros sin zurcido,
con el verdadero cariño
que, entre llantos e hilo,
una hambruna vislumbraba.
Y ella, pese al dolor y el silencio,
hacía de toda la desdicha
una rumba, sin más moraleja,
que un camino lleno de polvo,
con la sonrisa de un caminante
que sabe, que pese a todo,
al final, siempre llegará una recta.

@XaviviGarcia

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