Caer de la vida

Imagen: Pixabay

Caigo,
porque la noche
es la espuma del rompeolas
entre tu espalda y mi pecho;
porque los sueños,
convertidos en ríos de sal y
en lagunas de dulce almíbar,
me ahogan por no saber nadar…

… y duele tanto
ese anhelo vertiginoso,
que entre costilla y costilla
palpita la punzante pasión
a ritmo de un blues generoso,
con una suave entonadilla
que ruinmente me lo vuelve a recordar:

Caigo…
de la vida,
que no del amor.

@XaviviGarcía

 

Hablando de la soledad

Imagen: Pixabay
Me hablas de la fría soledad
mientras yo rezo en silencio;
no por ti, sino por mí,
por no caer preso de tu recuerdo.
Me hablas, de la distancia y del olvido
como si de pan duro se tratara;
no por el hambre, sino por el orgullo
de la amistad que en ti se desdibujara.
Me hablas de la esperanza
como un racimo de cerezas de temporada;
no por la frescura, sino por el anhelo
de sentir una vez más la melaza de mis labios.
Me hablas, que no callas,
mientras te ruego que nunca lo hagas;
no por el silencio, sino por el murmullo
de alejar los quejidos de tus fantasmas.

@XaviviGarcía

Otoño en Venus

Imagen: PIxabay

Me pregunto el por qué
tu sexo me sabe a canela;
si en él sólo hallé su mosto,
indeciso si ser púrpura rosado,
o germinar sus anhelos en tinto.

Me pregunto el por qué
de su olor a vainilla;
si revestido de oscuro caoba
mi lengua encuentra el calor
entre las fibras y su pálpito,
con el fuerte aroma de un jazmín.

Me pregunto el por qué
tu Venus me recuerda a Otoño;
quizá sea por el deshojado
de cada centímetro de tu piel.
O tal vez, por las graves tormentas,
que tu roce y el mío,
descargan sin miramiento
sobre el rojo de la tierra batida.

Y, mientras dura ese otoño en Venus,
aquejado por la distancia del espacio,
gota a gota, jadeo a jadeo,
es fácil intuir el por qué
nos convertimos en un charco de agua
y no en una lustrosa estrella fugaz.

@XaviviGarcía

Por todos los infiernos del mundo

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Anoche Lilith bailó sobre mí,
con el sutil aleteo
de sus alas caídas en mi vientre,
convertida en una balada sin letra.
O tal vez, fue una saeta sin acento
que busca el quejido de un penitente.
Tal vez, y digo que tal vez,
porque el susurro, excitante,
fue puro jazz convertido en saxo,
mientras un gato en el balcón,
vislumbraba el deseo tras las bambalinas,
entre sudor y copas de vino;
como el amor a destiempo, cortado en tiras,
para esnifar los segundos pertinentes
tras el cálido anhelo de dos eternos amantes.

Siempre con la única y dolorosa condición:
de que el amor, entre cielo e infierno,
será como la mancha del tinte
de un mimado Ribera del Duero.

@XaviviGarcía

 

 

Ojos secos

Yacen ahora secos, sin lágrimas.
Sin el consuelo de la huida
con paso incierto del ser amado.
Sin el sabor de la última comida.
Sin el olor del perfume preferido,
pero con el horrible ruido de la batalla…

Y eso es puro dolor, demasiado;
morir con los ojos abiertos
mientras tú ya eres pasado.
Tal vez, un pretérito imperfecto
que no pudo llorar lo necesitado.

@XaviviGarcía