Hablando de la soledad

Imagen: Pixabay
Me hablas de la fría soledad
mientras yo rezo en silencio;
no por ti, sino por mí,
por no caer preso de tu recuerdo.
Me hablas, de la distancia y del olvido
como si de pan duro se tratara;
no por el hambre, sino por el orgullo
de la amistad que en ti se desdibujara.
Me hablas de la esperanza
como un racimo de cerezas de temporada;
no por la frescura, sino por el anhelo
de sentir una vez más la melaza de mis labios.
Me hablas, que no callas,
mientras te ruego que nunca lo hagas;
no por el silencio, sino por el murmullo
de alejar los quejidos de tus fantasmas.

@XaviviGarcía

Otoño en Venus

Imagen: PIxabay

Me pregunto el por qué
tu sexo me sabe a canela;
si en él sólo hallé su mosto,
indeciso si ser púrpura rosado,
o germinar sus anhelos en tinto.

Me pregunto el por qué
de su olor a vainilla;
si revestido de oscuro caoba
mi lengua encuentra el calor
entre las fibras y su pálpito,
con el fuerte aroma de un jazmín.

Me pregunto el por qué
tu Venus me recuerda a Otoño;
quizá sea por el deshojado
de cada centímetro de tu piel.
O tal vez, por las graves tormentas,
que tu roce y el mío,
descargan sin miramiento
sobre el rojo de la tierra batida.

Y, mientras dura ese otoño en Venus,
aquejado por la distancia del espacio,
gota a gota, jadeo a jadeo,
es fácil intuir el por qué
nos convertimos en un charco de agua
y no en una lustrosa estrella fugaz.

@XaviviGarcía