Conjugarnos

Imagen: Pixabay
No era un simple sueño entre álamos,
ni de brochetas con tus besos encubiertos;
no, no era eso.
Se trataba más bien del anhelo
que albergo en lo más profundo,
tras la soledad,
tras la melancolía,
tras la tristeza.
Fue justo ahí, al despertar,
cuando se desvaneció todo.
Porque mis ojos ríen
a la vez que mi boca se traba
cada vez que no puedo conjugar
tu nombre con el mío.
 
@XaviviGarcia

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *