
No llevéis flores
a los difuntos,
por aquello de la astenia.
Que ellos son más de amores
que de claveles y gladiolos.
No, no les llevéis flores;
llevadles, si eso, melancolía,
para que sean sabedores
que entre pecho y costilla,
no hay pena, sino alegría
por un amor que desfalleció,
pero que nunca se apagará del todo.
@XaviviGarcia