Eres arte

Eres arte entre mis brazos. Cuando te miro a los ojos, me doy cuenta de que no son parte de tu cuerpo. Son dos luceros que quizá provengan de otra galaxia, aquí es imposible encontrar otros iguales. Luego me fijo en tus facciones, dulces y seductoras, más bien propias de un fresco, de esos que permanecen a buen recaudo en un museo. Sólo apto para miradas exigentes. Eres arte, mujer. Todas las noches te recuerdo como un soneto. Tus palabras no son vocablos, son cada una de las letras de una balada. Eres arte, en cambio yo, poco puedo hacer por entenderte. Tan sólo soy un paleto embobado ante algo que se le queda grande: tu belleza.

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