Endei 2019

Ayer fue mi primera vez. Puede parecer extraño que un autor como yo, de aquí, todavía no hubiera asistido a un evento de editores, escritores y demás gente del mundillo, tan importante y consagrado a nivel nacional. Siempre han sido motivos laborales y personales los que nunca me dejaron conocer en primera persona el ENDEI. Ayer lo logré, y la verdad que fue una jornada muy interesante.

Acudí a los Speed Dating con la intención de conocer a gente, de mostrar algunas de mis obras que están en el cajón, y de paso saludar a mis amigos de La Virgulilla, que no se pierden ni un sarao cultural. ¡Esta gente vale mucho!

De entre las diversas citas que tuve con editoriales, la más molona fue la que tuve con mi propia editora, Amelia (Unaria Ediciones). A ver, no fue ninguna sorpresa porque en mi listado aparecía su editorial y en su listado se reflejaba mi nombre, pero sentarme frente a ella fue una sensación algo extraña a la vez que bonita. Del folleto que le proporcioné, estuvo genial verla subrayar dos títulos.

Tenía un listado de citas con numerosas editoriales, muchas de ellas con una línea que no se ajusta a mi perfil, pero aún así pasé a saludar. Emocionante fue conocer a los editores de Talentura (un tío muy majo) y Reino de Cordelia, un hombre que en apenas cinco minutos me dio una muy buena impresión profesional.

En definitiva, la mañana del sábado aparecí en el ENDEI con un listado de 4 obras en el cajón: un thriller, una historia juvenil con vivencias que destilan conocimiento, y dos comedias románticas que me parecen muy divertidas; me entristeció un poco no poder hablar de estas últimas, porque de las citas asignadas no había ninguna editorial con este tipo de línea en concreto.

Si he de ser sincero, no creo que salga algo de estas mini entrevistas, pero lo que sí tengo claro es que ha sido un evento mucho más que interesante para descubrir y tomar contacto con profesionales del sector del libro.

El sonido del saxofón, Estela Ferrero Marco.

Hoy, mi compañera y presidenta de Tirant lo Groc, Estela Ferrero, ha presentado su nueva novela: El sonido del saxofón. Atrevería a decir por lo que ha comentado, y por el título tan sugerente, que voy a disfrutar mucho de la lectura. Si todavía no la conocéis, tomad nota de su nombre, porque esta joven risueña tiene un futuro muy prometedor. ¡Enhorabuena, Estela!

SINOPSIS
Elísabet es una chica alegre, simpática, divertida y alocada. Es enfermera y vive enamorada de su trabajo. Su vida empieza a cambiar cuando conoce a Mateo, un chico tímido y de ojos negros que toca el saxofón. Elísabet se enamora locamente de él hasta el punto de dejarlo todo y marcharse a vivir con él a otra ciudad. Cuando la relación entre ambos está en pleno auge, un terrible accidente hace que toda la vida de Elísabet cambie por completo y tenga que regresar a su ciudad natal junto a sus padres.
Meses después, conocerá a Ferran, un chico dicharachero de ojos negros que, casualmente, también toca el saxofón. Una segunda historia llena de celos, inseguridad y algún que otro engaño, por la que la vida de ambos irá cambiando poco a poco. Cuando Elísabet decide marcharse a otro continente para olvidarse de Ferran, descubrirá algo que la unirá a él de por vida.
A su vuelta, el secreto que esconde, un nuevo accidente y la novia de Ferran harán que la vida de ambos dé un giro de ciento ochenta grados en el que, quien sabe, si podrán tener un final feliz.
El sonido del saxofón es una novela en la que el amor y la tragedia se cruzan una y otra vez.

Penumbras: donde duermen las pesadillas

Los que me conocen saben que soy una persona con la mente inquieta. Siempre estoy tramando cosas que me gustan. Algunas de ellas llegan a buen puerto. Otras, en cambio, se quedan justo en mi cabeza, divagando y mordisqueando mi conciencia para salir (sean buenas o malas, todas quieren pasear). Lo primordial para que se cumplan es hacerlas con ilusión, que llenen a uno mismo, y si es posible a los demás. Ese es uno de los placeres que he descubierto en los últimos años, hacer cosas por el resto de gente y rodearse de personas con buenas vibraciones.

«Penumbras: donde duermen las pesadillas» ha sido una de esas ideas que maduró en mi cabeza, tanto que salió a la luz con tal poder, que no tardé en captar ayuda para el proyecto. En un principio se trataba de una concepción muy básica: recopilar relatos de terror, destinados al público juvenil, y publicarlos con una editorial que apostara por un proyecto solidario.

En el primer aspecto, no tardé en encontrar una tripulación más idónea para que Penumbras pudiera consolidarse. Le comenté el proyecto a mi buen amigo Jose Sanchis Mezquita, que sin dudarlo sumó dos relatos suyos a los que yo ya tenía escritos. Hasta ahí todo genial, la ilusión por dar vida a nuestras aventuras, pero sin más peso para poder llevar a cabo el libro. Y en esas, apareció entre las nubes (sí, fue así más o menos, como un superhéroe) Israel Quevedo Puchal, que junto a sus dos relatos también trajo uno de su hermano, Javier Quevedo Puchal, un auténtico genio a nivel nacional en cuanto a la literatura de terror (no es que lo diga yo, lo dicen los múltiples premios que sus novelas han recibido).

¡Gozada nivel máximo! Me convertí en el coordinador de una antología de relatos de terror, cuya única finalidad era elaborar textos sugerentes para atrapar al lector, y de paso, ayudar a alguien que lo necesitase de verdad: nuestros beneficios irían destinados a una ONG.

Tras unos meses, y con nuestros relatos lo más depurados posible, empezó mi tarea para encontrar una editorial interesada en publicarlos. En un principio se presentaba como algo bastante difícil, ¿quién iba a querer publicar una antología con las condiciones que habíamos ideado? Para mi sorpresa, fueron varias las editoriales que mostraron su interés en Penumbras (es lo que tiene el libro, buenos escritores y mejores personas), pero al final nos decantamos por la opción de Onyx Editorial, pues desde un principio aceptó como un reto ilusionante el poder editar el libro.

Sus ideas nos embelesaron: una edición mimada hasta el último detalle, con ilustraciones únicas para despertar la gana de los lectores del género, la genial ilustradora Kristina Loren ha dado vida a nuestros relatos. Y así fue, el tiempo ha guisado con mimo el libro, y Penumbras ha nacido para deleitar y ayudar, porque los beneficios de los autores van a ir destinados a DELWENDE, cuyo objetivo es trabajar para que los más pequeños puedan tener lo básico.

No soy de extender demasiado mis escritos, pero esta ocasión lo merecía. Estoy contento,  muy orgulloso de cada persona que se subió en aquella barcaza hecha de palos y mimbre, que se tambaleaba, pero cargada de sueños. Queridos lectores, hemos puesto en vuestras manos lo mejor de nosotros como personas, esperando que podáis pasar grandes ratos de buena, inquietante y terrorífica lectura. ¡Vuestro miedo será por una buena causa! ¡Os lo juro!

Si queréis comprar el libro, podéis hacerlo aquí:

“Penumbras” Varios autores