Imaginarte

Se me ha agotado la imaginación. Ya te rescaté del último dragón y ahora tan sólo escupe agua. La bruja mala se ha convertido en una vendedora ambulante de castañas asadas. Los románticos vampiros ya no chupan sangre, beben horchata a la vez que se broncean en la playa; los temibles hombres lobo se han vuelto veganos.

Ya no me quedan aventuras para imaginarte, se las llevó consigo aquel pequeño extraterrestre, que con el dedo señalaba hacia su casa. Ahora sólo quedamos tú y yo, confinados en nuestro castillo, mirándonos sin saber qué serie de Netflix ver.  Ayúdame, por favor,  a crear otra aventura para que el aburrimiento no rompa este amor mutuo y fantástico.

 

Dicen que se llama amor

Quizá hoy sea el día oportuno de recordarte que sigo sien­do aquel muchacho que te susurraba tus canciones favoritas al oído. Siempre tuve alma de payaso, qué le voy a hacer. Nunca creí en San Valentín, siempre me ignoró y dejé de aceptar sus hazañas hasta el día que te conocí. Sí, he de admitir que nuestra historia no fue mera casualidad. Algo me hace pensar que siempre he­mos estado predestinados, febrero dice mucho de nosotros dos. ¿Acaso no fue un inicio tanto extraño y bonito el que vivimos años atrás? Sabes que sí, la «máquina de besos» se enchufó aquella tarde mar adentro y nunca se ha parado. Aunque la canicie diga lo contrario, soy el mismo de antaño. Tal vez un poco más lento, olvidadizo o despreocupado, pero es lo que tiene ese traidor al que llamamos «tiempo», nos hace confiarnos. Hoy queda patente lo que sigo sintiendo por ti, esa sensación extraña en el estómago, que sin ser gases, te hace estremecer. Yo ya no me acuerdo de la palabra, dicen que se llama amor. A mí me da lo mismo cuál sea su nombre, estás a mi lado. Eres su representación física, el súmmum de la felicidad.

Martínez, Javier García. Historias desde la almohada (Spanish Edition) (Posición en Kindle 1204-1213). Edición de Kindle.

Desesperado

Federico se enteró del embarazo de su mujer. Desde entonces, reza todos las noches a Dios para que sean octillizos; si cada uno llega con un pan debajo de brazo, tendrán para algunos días de alimento.

Curvas

De aquel camino, me quedé con el recuerdo de las curvas de tu cuerpo, mientras la locomotora echaba vapor al ritmo de nuestro amor; jadeante, húmedo y placentero.
 

Relatario La Virgulilla

Hace unos años, existía la inquietud cultural de ciertas personas que necesitaban reunirse alrededor de un café y entablar diálogo. Lo que empezó por ser un sueño, pronto se convirtió en una tertulia con un antes y un después; la evolución de la misma, tras la dirección de Felisa Bisbal, consolidó un punto de reunión semanal que pronto se bautizó: La Virgulilla. En este grupo se realizan numerosas actividades: reuniones gastronómicas, debates, club de lectura; pero hoy permitidme referirme al club de escritura. ¿Por qué? Porque me toca de cerca, tanto que ya forma parte de mí. Me explicaré. Hace ya dos años, y tras ver en mi blog el éxito de un llamamiento que denominé #findecreativo, le propuse a Felisa crear un club de escritura. Aceptó sin dejarme terminar de explicarle el proyecto. Lo fundamental era el personal, y teníamos al mejor. Si decidí emprender esta aventura fue por ellos, porque la gente que forma La Virgulilla es cercana, sincera, y no tiene más pretensión que rellenar una libreta en blanco con la experiencia de los demás; una comuna hippie cien por cien exenta de humos y malos rollos. Prueba de todo esto que cuento, es la expectación y el entusiasmo que el club de escritura ha creado entre los miembros. Cada año somos más.

Hoy estoy muy orgulloso. Durante estas dos últimas temporadas hemos valorado, entre todo el grupo, más de ciento veinte relatos. Han pasado por el club más de veinte personas. Hemos compartido más de una decena de jornadas creativas:, humor, respeto y cerveza nunca ha faltado. ¿Y qué queda de todo esto? Pues en breve lo podréis comprobar. El próximo 4 de julio, a las 19:30 horas, en nuestro escondrijo habitual, presentaremos el fruto de todo este tiempo. Nuestra primera publicación grupal: “RELATARIO LA VIRGULILLA”. Un libro con más de diez temas, escrito por gente de Castellón, Barcelona y Málaga. Una antología cargada de amor, humor, esfuerzo, y originalidad. ¿Acaso el título no lo es? Relatario, esta palabra no podría haberse engendrado en otro lugar que no fuera entre el pecho y la cabeza de un escritor proscrito de La Virgulilla.

Te recomiendo encarecidamente descubrir a esta pequeña mafia de letras, cuyo escondrijo se ubica en El Cantonet de les Aules de Castellón. Su trabajo, el esfuerzo de todos, merece la pena ser leído. Unaria Ediciones ha apostado por él, y ha creado un libro, que tras las colaboraciones de Rosario Raro y Lluïsa Lladó, se alberga literatura creativa, breve, de la buena.

Te invitamos a descubrirla: Jueves, 4 de julio de 2019; 19:30 horas, Cantonet de Les Aules (Castellón)