Sobre espetos y héroes

Y si hablamos de la deshumanización,
del desprecio revalorizado de la persona,
nos daremos cuenta de la ecuación:
no por más querer ofrecer la mano
recibiremos menos el cuerno.

Thor ya no usa el martillo,
porque de rojo se ha manchado.

 

Superman ya no salva humanos,
por aquello de la astenia
y la alergia a los condecorados.

La araña, esa que dice ser hombre
de leggins y culito prieto,
ya no se desecha rencores.

No, ninguno, de ellos ya no saben
que en la humanidad y sus albores
existen peligros más que mutantes;
unos lo llaman alcohol,
otros, drogas inquietantes,
pero nadie, ninguno de ellos
ha querido ver que la vida,
sin pijama ni disfraces,
es más dura que el trozo de pan
y un chute de anabolizante.

Rogad por esos héroes
de pantallas de televisión;
con mentiras, sin polígrafo,
pero con la única versión
de que sus diretes en directo
es lo único que vale y vende.

Y, mientras políticos disuelven
manifestaciones con piedras y palos,
los de mallas prietas y seductoras,
cotizarán más el anhelo del dulce polvo
que el de un amor quemado a deshora;
siempre con el tufo de un espeto
en las horas más tórridas de un verano
casual en la Costa del Sol.

 

@XaviviGarcía

 

Lo justo es marchar

Vivir cuando ya estás muerto,
resulta ser la polivalencia
de la desdicha humana;
ni puedes ni quieres
seguir el canto del ancestro.

Morir cuando estás vivo
no es más que oír y escuchar,
sin dejar de alentar la huida
hacia un paraíso desierto.

Y que no se quejen las flores,
por el mal decorado de la caja;
ni tampoco los parroquianos
por el que quiso y no fue
una decente persona alegre:

…no hubieron chistes,
tampoco saraos que quisieran
la desesperación de un hombre
que, sin freno y a marcha forzada,
dejó su nombre y apellido
en la dura rama de un nogal.

Vivir cuando ya estás muerto,
morir cuando estás vivo,
es el baladre sinónimo
de que a pesar de la simpatía,
nunca se estuvo tan bien;
pero en el fondo tan mal.

Siempre lo justo para marchar.

@XaviviGarcía

La eternidad del fantasma

Imagen: IA en base al poema

Soy un fantasma en mi ser,
lúgubre anhelo de labios
corrompido por el deseo.

Habita en mi pecho un cementerio
con más de trescientas tumbas,
con la misma inscripción en todas:
mi nombre, sin apellidos, sin fechas,
ni tampoco un soso epitafio;
tan sólo la humedad de los lamentos
que acaricia el verde musgo.

Soy un fantasma sin sábana,
desnudo ante las miradas
de aquellos otros muertos
que eluden sus pecados
porque no lanzan piedras,
pero sí usan limpias e impolutas
sus vajillas de porcelana.

Y, mientras desfilo
vestido de lamento,
perfumado de soledad,
grito en un intento
de versar la verdad:

No fui…
No soy…
No seré,
merecedor de la eternidad.

@XaviviGarcía

 

Poseidón

Imagen: GDJ (Pixabay)

Del mango de su tridente
y no de su punta,
se desliza la rabia
tormentosa de Poseidón;
de su inútil lagrimeo,
-porque un dios también llora-
en su pequeño Mediterráneo.

Y a su pesar,
ya no posee nada;
tampoco a nadie.
Ni siquiera ya, la que adora
cada uno de los soplos del sigiloso Levante
en un cálido verano,
olvida el recelo que ÉL
tuvo con Piscis en mar abierto.
No, ella cree que ya no merece
ni una simple oración,
ha perdido la fe en su cauce:

…ya no hay inmenso OCÉANO
…ya no hay complicado MAR
…ni tampoco RÍO por el que rece.

Y él, olvidado, en minúscula,
conjurado como un demonio,
-esa es la real ironía-
Lamenta mientras ella desdice
cada uno de sus verbos
conjugados, por aquel entonces,
entre la tierra y un simple mar,
convertido, ahora, en inabarcable desierto.

@XaviviGarcía

 

Grumete

Imagen: Pixabay

No me hables de tormentas,
del estremecido grumete
y cada uno de sus puertos.
No me hables, si no recuerdas
cómo aman las sirenas;
del exótico cruce de lenguas,
sin más sexo que el deseo
de dos lejanos amantes
que culminan el orgasmo
con un te amo, apellidado Ojalá.

@XaviviGarcía