Nunca pensé que escucharía esas palabras de tu boca. Tampoco imaginé que sintieras tal sensación por mí. «Te amo», pronunciaron tus labios. Un segundo después, nuestras lenguas se encapricharon con navegar un mar de lava.
Rosas
La joven, dolida, le preguntó a su abuela por el amor.
–¿Por qué algo tan bonito puede causar tanto daño?
La anciana, con su gesto dulce, acarició a la nieta e intentó consolarla.
–Las rosas, a pesar de su precioso color y agradable perfume, también tienen espinas; no es lo mismo ser florista que jardinero.
La chica sonrió.
Amor cobarde
El amor se convierte en cobarde, cuando las miradas no son más que espuma acariciando el vacío de dos corazones sedientos por acariciarse.
Fin
Recuerda, lo más bonito de nuestra historia fue la palabra «fin».
Amor sin alas
Antes de que lleguen a despegar, deben saber que el amor no da alas.
Hojalata
Siempre fuiste un sueño en blanco y negro; el sonido a hojalata de un corazón que se parte en dos en una estación con destino al olvido.
Infusión de la casa
A mí la única hierba que me relaja es el tacto del césped en mi espalda, y el vaivén de tu cuerpo sobre el mío.
Sediento
Agosto te pinta con cada uno de sus rayos de sol, necesitado de brisas marinas para calmar las calenturas de madrugada. Y mientras tanto, entre anhelo y suspiros, se desdibuja esa sensación de sentirse abandonado a tu propia suerte. La cretina canícula, en soledad, sólo exhibe en sueños la silueta de tus curvas; y al final, duele, porque a pesar de todo, todavía no he quemado las yemas de mis dedos en tu piel.
El olvido
Y entre tanto, el olvido, no es más que una receta sin la pizca de tus labios.
Pescando la vida
Tras varios días de intentos, al final logré pescar mi primer pez: «¿Y ahora qué?», le pregunté a mi abuelo; «Ahora devuélvelo al agua…», respondió sonriendo a la vez que cortaba el sedal. Tardé mucho tiempo en comprender aquella tontería.