Tú y yo nos corrimos.
Sí, tan intenso como soez.
Fuimos secuaces
del deseo a lo bruto,
de un mordisco perdido;
de un lengüetazo,
aunque más bien fueron tres…
Fuimos
el jadeo constante
de una máquina exprés
que no alcanza freno.
¡Descarrilada en los sexos!
Fuimos betún sobre blanco;
y varios pecados capitales
sin orden, pero alineados.
Sobre todo, y bien lo sabes,
cosimos el anhelo
con la punta del pincel
en la brecha de tu boca.
@XaviviGarcía