Deseos de papel

Imagen: Pixabay

Siempre me he imaginado tu piel como un fino y delicado folio; siempre soñé con poder deslizar mis dedos sobre ti, para escribir la historia más bonita que tengo en mente: la nuestra.

Tus sonrisas me tendieron la mano, y lo hice. Cada una de mis caricias se convertían en bonitos versos, los cuales, con el tiempo, se fueron perfeccionando gracias a tu dulzura. Tu corazón se sentía feliz,  el mío arropado en una aventura en la que jamás se hubiera adentrado sin un empujón tuyo.

Ahora sueño y escucho a la vez; mientras, recuerdo el último verso que te dediqué al despedirnos. Tus labios me han convertido en un perro verde muy afortunado, que sueña. Mientras ladro en mi perrera, tan sólo puedo desearte lo mejor: deseos de papel; aunque no sea yo quien se encargue de escribirte los versos.

 

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