Sobre espetos y héroes

Y si hablamos de la deshumanización,
del desprecio revalorizado de la persona,
nos daremos cuenta de la ecuación:
no por más querer ofrecer la mano
recibiremos menos el cuerno.

Thor ya no usa el martillo,
porque de rojo se ha manchado.

 

Superman ya no salva humanos,
por aquello de la astenia
y la alergia a los condecorados.

La araña, esa que dice ser hombre
de leggins y culito prieto,
ya no se desecha rencores.

No, ninguno, de ellos ya no saben
que en la humanidad y sus albores
existen peligros más que mutantes;
unos lo llaman alcohol,
otros, drogas inquietantes,
pero nadie, ninguno de ellos
ha querido ver que la vida,
sin pijama ni disfraces,
es más dura que el trozo de pan
y un chute de anabolizante.

Rogad por esos héroes
de pantallas de televisión;
con mentiras, sin polígrafo,
pero con la única versión
de que sus diretes en directo
es lo único que vale y vende.

Y, mientras políticos disuelven
manifestaciones con piedras y palos,
los de mallas prietas y seductoras,
cotizarán más el anhelo del dulce polvo
que el de un amor quemado a deshora;
siempre con el tufo de un espeto
en las horas más tórridas de un verano
casual en la Costa del Sol.

 

@XaviviGarcía

 

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