@XaviviGarcia
La caída
Enloquezco
cada vez que me hablas;
mientras miro esos labios
que bailan dictados por el compás
de tus sugerentes palabras.
Y te miro, una vez más…
y me pierdo cuando pienso
haciendo un inútil equilibrismo
con el único anhelo de besarlos,
a sabiendas de la locura
de caer en tus pechos.
Y te miro, perdido, ardiendo;
mientras al final,
como un café en las manos,
me doy cuenta de que los sueños,
sin edulcorante, son amargos.
Y esa es la realidad.
@XaviviGarcia
El vacío
Flores y difuntos
No llevéis flores
a los difuntos,
por aquello de la astenia.
Que ellos son más de amores
que de claveles y gladiolos.
No, no les llevéis flores;
llevadles, si eso, melancolía,
para que sean sabedores
que entre pecho y costilla,
no hay pena, sino alegría
por un amor que desfalleció,
pero que nunca se apagará del todo.
@XaviviGarcia
El patio del colegio
En el patio del colegio
habitaban policías y ladrones;
doctoras y enfermeros
que curaban todos los males.
En el patio del colegio
ninguno hablaba de transacciones,
ni de primas ni de riesgo,
tan sólo se vivían emociones.
En el patio del colegio
se engendraban amores inconfesables,
que entre risas y empujones
perduraban con el vaho en los cristales.
En el patio del colegio
quedaron nuestras ambiciones.
@XaviviGarcia
Conjugarnos
La ola de calor
De caricias
vive la pasión;
de momentos clave
y miradas en paralelo
que la forjan;
de ardientes deseos
en cuerpos que claman
la humedad de las lenguas…
y ahí, cuando germinan
las ganas con la lujuria,
nace de mí, nace de ti,
la estúpida sonrisa
de un polvo pasajero.
@XaviviGarcia
Canción de una margarita despechada
Mis ojos deshojan lágrimas
como si fueran margaritas,
buscando las caricias
que cierto día prometiste;
y ahora no puedo llorar,
no me quedan pétalos
con lo que despedirte.
Mientras…
de fondo suena una canción
engendrada sin letras,
tan sólo con sentimientos,
mientras tú ya te alejas.
Y Mañana…
mis ojos aprenderán a enhebrar
cada una de mis palabras,
para terminar nuestra composición.
@XaviviGarcia
Diamante negro
Nuestro amor fue la llave de un puro y extraño desafío, distante, en lo más alto, como un desconocido diamante negro.
La fragancia
Me llevaste de la mano al firmamento; a poder tocar con las yemas las nubes, a sonreír al vacío, y luego mirarte de nuevo; a cerrar los ojos e imaginar que de verdad me amas, que no existe ninguna frontera a nuestra pasión. Me enseñaste a saltar la barrera de mis miedos, a pegar patadas marciales a los que mordisquean mis sueños. Me llevaste de la mano para enseñarme todo eso, y al final no pude decírtelo, pero sé que lo viste dibujado en mi cara. El amor es una fragancia duradera.